Rodrigo Flores-Roux es el único latinoamericano que se ha hecho hueco en la alta perfumería internacional. De origen mexicano, conocido en el mundo de la perfumería como el "Rey de los Cítricos”. Rodrigo vive en Nueva York, donde tiene su centro de operaciones en givaudan. Comenzó a interesarse por las fragancias desde muy pequeño, su primer encuentro fué con Shocking de Shiaparelli, una fragancia que le fascinó y quedó grabada en su cabeza. Este encuentro fue el principio de su pasión por los perfumes, a partir de ahí empezó a coleccionar frascos de perfume vacíos que pedía a todos sus conocidos, tenía 8 años.

Su interés por las plantas aromáticas le llevó a estudiar biología en la Facultad de ciencias de la universidad Autónoma de México, finalizados sus estudios de biología fue aceptado en el Instituto Superior Internacional de la Industria de la Perfumería, Cosmética y Aromas Alimenticios (ISIPCA), la única escuela especializada independiente que no pertenece a ninguna compañía con sede en Versalles. Como parte de sus prácticas pasó tres meses como alumno interno de Jean-Claude Ellena, que le dirigió una tesis sobre la Rosa a nivel comercial y estético.

De vuelta en México empezó a trabajar como perfumista junior en IFF, sus primeras fragancias fueron aromas para champús, uno de ellos para perros, pero su fama llegó con una fragancia para Clinique: Happy que se convirtió en superventas en EE. UU. A partir de ahí colaboraciones importantes con narices de la talla de Calice Becker para J´Adore y muchos éxitos firmados por él para Donna Karan, Estée Lauder o Tom Ford y reconocimiento dentro de la industria perfumista con 5 premios FIFI en Estados Unidos.