¿Qué dicen algunos reseñadores de Black Tie de Fragrance One?

Descripción de Black Tie de Fragrance One

La noche cae como un paño negro bruñido; una línea de luz corta el aire y revela un brillo cítrico que despierta la piel. Así abre Black Tie de Fragrance One: tenso, limpio, con pulso de gala.

La arquitectura se dibuja en capas. La salida clava el compás con aceite de naranja, mandarina brasileña y limón italiano: frescor preciso, sin estridencias, que atempera la oscuridad por venir. Minutos después, la madera de guayaco asciende y aporta una pátina ahumada—no de humo grueso, sino una veladura elegante, pulida—mientras el cardamomo calienta el contorno y perfila el acorde central.

El fondo asienta el traje: vetiver seco y pachulí de fibra terrosa construyen un sedimento noble que sostiene la estela a media distancia. No hay golpes de efecto; hay ritmo, contraste y una firma que permanece como un halo sobrio sobre camisa y solapa.

Emocionalmente, Black Tie funciona como un ritual de autocuidado: ordena, centra, eleva. Comunica identidad sin gritar, y en contextos formales o nocturnos entrega distinción silenciosa—ese “lujo tranquilo” que los coleccionistas valoran por encima del espectáculo. En una colección, convive con cítricos diurnos y ámbar-especiados, pero se reserva el territorio del dress code: cuando se exige presencia, su equilibrio entre frescor y ahumado llena el espacio justo. Clima: templado a fresco. Vestimenta: sastrería, punto oscuro, cuero fino. Proyección: contenida, nítida; estela que deja huella sin invadir.

Para quien atesora materiales bien tensionados—cítrico luminiscente, guayaco ahumado, base terrosa calibrada—la pieza merece hablar en primera persona. Algunas firmas se revelan solo en primera persona; en decant, esta pieza muestra su pulso real a través de Coleccionando Aromas.

Pirámide Olfativa de Black Tie de Fragrance One

Perfumista 

Alberto Morillas

Alberto Morillas es un renombrado perfumista español que ha creado algunas de las fragancias más icónicas del mundo. Nació en Sevilla, España en 1950, pero se mudó a Suiza a los diez años. Morillas estudió durante dos años en la Ecole des Beaux Arts en Ginebra y comenzó a trabajar en perfumería a los 20 años, después de haberse inspirado en un artículo de Vogue sobre el perfumista francés Jean-Paul Guerlain.

En 1970, Morillas se unió a la firma suiza de fragancias y sabores Firmenich, donde se estableció con la creación de Must de Cartier en 1975, la primera fragancia de la empresa de joyería Cartier. Desde entonces, Morillas ha estado involucrado o ha tocado la creación de casi 7000 perfumes para la empresa, incluyendo el icónico CK One de Calvin Klein, Giorgio Armani Acqua di Giò para mujeres, Kenzo Flower, Bvlgari Omnia, Cartier Panthere de Cartier y Marc Jacobs Daisy.

Morillas también es el fundador de su línea independiente llamada Mizensir, que comenzó con velas perfumadas y desde entonces se ha expandido para incluir 17 perfumes. En colaboración con Penhaligon's, Morillas también tiene un servicio de perfumería personalizada llamado Bespoke by Alberto Morillas, con sede en el Salon de Parfum en la tienda departamental Harrods en Londres.

A lo largo de su carrera, Morillas ha ganado numerosos premios por sus creaciones, incluido el prestigioso Prix François Coty en 2003. Actualmente reside en Ginebra, Suiza, después de períodos de vivir en París y Nueva York.

Morillas tiene una pasión por el mar Mediterráneo y está particularmente unido al aroma de los cítricos, las notas marinas y las flores como el jazmín, la tuberosa, el neroli y la flor de naranjo. También se inspira en los jardines, pasando mucho tiempo en su jardín familiar en Ginebra. Morillas cree que el futuro de la industria de la fragancia es positivo, ya que cada vez más personas se están convirtiendo en expertos en fragancias y las marcas están ofreciendo diferentes historias en torno a la creación.

Para Perfumeadictos