Decant Eau de Grey Flannel de Geoffrey Beene
Rango de precios: desde $1.490 hasta $3.990
IVA incluido
Eau de Grey Flannel de Geoffrey Beene es un perfume perteneciente a la familia olfativa Amaderada orientado para el público masculino. Eau de Grey Flannel es una creación de Grey Flannel lanzada en el año 1997. Dentro de sus características principales tenemos;
Notas de Salida: ciprés, limón (lima ácida), mandarina, cedro, anís estrellado y alcaravea
Notas de Corazón: lavanda, eucalipto, esclarea y pachulí
Notas de Fondo: sándalo, vetiver y almizcle
Concentración: Eau de toilette
Estilo: Masculino – clásico – Maduro
Recomendación de uso: verano – primavera. Dia 100% recomendado. Noche 20% recomendado.
Perfumista: Grey Flannel

¿Qué dicen algunos reseñadores de Eau de Grey Flannel de Geoffrey Beene?
Eau de Grey Flannel (Geoffrey Beene, 1997): Limpieza clásica con acento verde y alma de barbería

Abres la puerta de una barbería antigua en una mañana luminosa: toalla tibia, cepillo espumando, madera limpia. Eau de Grey Flannel captura esa escena y le añade aire: el gesto clásico se vuelve más nítido, más respirable, sin perder porte.
Evolución en piel (tres actos con acordes)
Salida — verde tónico con luz cítrica.
El comienzo es seco y brillante: ciprés y cedro dan columna, mientras limón y mandarina levantan la persiana. Un trazo de anís estrellado y alcaravea perfila el acorde con elegancia de vieja escuela. La sensación es de limpieza “a navaja”: fresca, ordenada, sin azúcar.
Corazón — lavanda peinada, aliento aromático.
La lavanda toma el mando y se abraza a eucalipto y esclarea: un aromático frío, ligeramente alcanforado, que evoca aftershave fino más que colonia juvenil. Un toque de pachulí añade sombra terrosa para evitar que lo cítrico se evapore.
Fondo — madera limpia y segunda piel.
El secado reposa en sándalo, vetiver y almizcle: madera cremosa, verde seco y firma pulcra que se queda cerca de la piel. Wikiparfum lo define como amaderado/cítrico y subraya que, aunque es delicado, mantiene riqueza amaderada y terrosa; es la clave de su estilo “eau”: ligereza sin perder carácter.
¿Quieres descubrir si tu piel resalta más la lavanda o el vetiver? Pruébalo en decant en Coleccionando Aromas y sigue su curva durante tu día real.
Para amantes de lo vintage: parentesco con el original
Si Grey Flannel (1975) es paño gris con violeta/iris sobre musgo, Eau de Grey Flannel es su primo madrugador: cambia el foco floral-empolvado por un verde cítrico-aromático con lavanda y eucalipto. Nació en 1997 como flanker “Eau” del icono de Beene: misma familia, distinto énfasis, pensado para un uso más diario y ventilado.
Sensaciones, vibra y ocasiones
Habla en código barbershop: limpio, clásico, seguro de sí. Cambia el ánimo hacia la precisión y la serenidad —esa elegancia que no necesita volumen. Su terreno natural es primavera, verano y entretiempo; en invierno funciona como capa pulcra bajo sastrería. De día rinde exquisito en oficina y recados; de tarde acompaña un plan urbano sin perder compostura. Perfil: amantes de lo clásico verde que prefieren claridad a dulzor.
En vestuario, conversa con camisa blanca, polo y blazer desestructurado; también con tweed ligero o gabardina en días frescos. Edad sugerida: 18+; más que la cronología, importa disfrutar lo pulcro y atemporal.
Datos clave verificados
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Lanzamiento: 1997. Familia: amaderada (lectura cítrico-verde). Notas: ciprés, limón, mandarina, cedro, anís, alcaravea → lavanda, eucalipto, esclarea, pachulí → sándalo, vetiver, almizcle.
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Parentesco: flanker “Eau” del Grey Flannel (1975) de André Fromentin; comparte la firma sobria, pero con mayor aire y menos polvo floral.
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Carácter: delicado pero con base amaderada/terrosa reconocible.
Conclusión
Eau de Grey Flannel es tradición con respiración amplia: abre verde-cítrico, ordena con lavanda aromática y firma con maderas limpias. Para quien ama los perfumes antiguos y busca una versión más aireada del mito, es un sí con todas sus letras.
Si te resuena, pruébalo en decant en Coleccionando Aromas y deja que te cuente su historia en tu propia piel.
Pirámide Olfativa de Eau de Grey Flannel de Geoffrey Beene

Perfumista

Eau de Grey Flannel — el aire nuevo de un clásico con traje de franela
Primero fue la tela. A mediados de los setenta, Geoffrey Beene buscaba traducir a olor el tacto del paño gris que marcaba su sastrería: sobrio, táctil, eterno. El resultado fue Grey Flannel (1975), firmado por André Fromentin, un masculino verde-floral con violeta e iris sobre musgo que ganó estatus de icono y puso a la casa en el mapa perfumero. El nombre no era un capricho: resumía una estética, un tejido y un modo de llevar la elegancia estadounidense.
El éxito fue inmediato y reconocido: al año siguiente, Grey Flannel recibió Fragrance of the Year (Men’s Prestige) y también el Packaging of the Year (Men’s) en los FiFi Awards, consagrando no solo su fórmula, sino la idea de vestir la botella con una funda de franela que hacía tangible la visión de Beene. Décadas después, creativos como Peter Philips (Dior Beauty) aún recuerdan con devoción ese estuche “de franela gris” que los hizo enamorarse del perfume.
Veintidós años más tarde, en 1997, la casa decide soplar aire fresco sobre ese ADN y lanza Eau de Grey Flannel: una lectura más ventilada y diurna del original. No es un “rehacer” la historia, sino abrir las ventanas de la barbería para que entre la mañana. El brief implícito era claro: mantener la columna masculina, pero intercambiar el corazón empolvado por una arquitectura verde-cítrica y aromática más limpia.
La salida de Eau de Grey Flannel lo deja nítido desde el primer segundo: ciprés y cedro dan verticalidad mientras limón y mandarina levantan la persiana; un toque de anís estrellado y alcaravea perfila esa frescura con elegancia “old school”. Es el gesto de la toalla caliente antes de la navaja: limpio, preciso, sin azúcar.
En el corazón, la casa cambia la violeta empolvada por una lavanda peinada que conversa con eucalipto y esclarea: un aliento aromático frío, ligeramente alcanforado, que huele a aftershave fino más que a colonia juvenil. Un trazo de pachulí devuelve tierra y evita que el brillo se evapore. Es la barbería clásica, pero con luz nueva.
El fondo recupera el aplomo de la línea: sándalo y vetiver anclan lo verde en madera cremosa y fibra seca; el almizcle firma la piel con limpieza sobria. La estela queda educada y el desempeño se percibe como cómodo en piel —más “segunda camisa” que abrigo pesado—, coherente con su apellido Eau.
La narrativa de marca sigue presente en los detalles: Grey Flannel no solo olía a sastrería; se presentaba como sastrería. La célebre bolsa de franela no era un simple accesorio, sino una extensión del patrón mental de Beene: vestir las cosas bien, por fuera y por dentro. Esa coherencia estética explica por qué el universo Grey Flannel —en todas sus lecturas— se siente tan reconocible décadas después.
¿Dónde encaja Eau de Grey Flannel hoy? En la piel de quienes aman los perfumes vintage o clásicos y buscan una lectura más aireada: mantiene el porte barbershop, pero prioriza lo verde-cítrico y lo aromático sobre lo floral empolvado. Se disfruta especialmente de día en primavera, verano o entretiempo; en oficina y recados luce impecable, y en tarde templada acompaña con compostura. Si el original te parece solemne para diario, este flanker es la misma sastrería… con las ventanas abiertas.
Como toda pieza con linaje, Eau de Grey Flannel funciona mejor cuando se entiende su parentesco: viene de un clásico que nació del paño —literal y metafóricamente— y que marcó una época por su audacia verde-floral y su presentación táctil. El “Eau” no desdice esa historia; la hace más respirable, más cotidiana, sin traicionar su educación de barbería.
Si quieres escuchar cómo conversa en tu clima y con tu ropa —si tu piel acentúa más el ciprés cítrico o la lavanda fría— pruébalo en decant en Coleccionando Aromas y deja que te cuente su historia en tu propia piel.









Marcelo –
No es un fresquito más aburrido o repetido al estilo náutica voyage, es un noventero que huele totalmente actual.